
“El otoño es un buen momento para preparar el compost para el próximo año”
Aquí tienes 5 Tips sencillos y fáciles para asegurarte que lo logres correctamente.
1.- Elegir los residuos adecuados
Residuos del jardín
- Flores cortada
- Plantas de las macetas
- Hojas secas
- Poda de setos y árboles (1)
- Maleza (2)
- Hierba/césped cortado (3)

(1) Corta previamente los restos de poda en trozos pequeños. Esto acelera la descomposición
(2) Evitar el compostaje de las malas hierbas que han germinado, se corre el riesgo de esparcirlas en el jardín al aplicar el compost. También hay que secarlas al sol antes de ponerlas en el compost.
(3) Evite aplicar demasiada hierba a la vez. Alternar capas de hierba de hasta 10 cm de espesor con otras otros residuos.
Residuos de cocina
- Peladuras de verduras y frutas (1)
- Cáscaras de huevo trituradas
- Posos de café, té con papel de filtro

Residuos diversos
- Madera
- Serrín (no tratado)
- Papel y cartón no impreso (en pequeñas cantidades)
Debemos evitar - Plantas con enfermedades (1)
- Papel y cartón impreso, (cortado en trozos pequeños) (2)
- Polvo de aspiradora (2)
- Aceite para freír
- Embalajes con aluminio o plástico
(1) Las plantas con enfermedades suelen tener esporas de hongos. En los lugares con grandes cantidades de compost (en vertederos), la actividad de los microorganismos eleva la temperatura del compost a casi 70°C, por tanto, las enfermedades y las esporas no sobreviven, el compost se esteriliza. Pero en los abonos de jardín o huerto más caseros o tradicionales la temperatura no aumenta tanto y las esporas siguen presentes, por tanto puede que las enfermedades se propaguen de un año a otro. (2) La tinta del papel y del cartón impreso contiene metales pesados, al igual que el polvo de la aspiradora (aunque en cantidades mínimas). Para evitar su acumulación en el suelo, es conveniente no ponerlos en el compost.
2.- Respetar un equilibrio entre la materia seca (marrón, rica en carbono) y la materia fresca (verde, rica en nitrógeno)

Como todos los seres vivos, la fauna del compost necesita una dieta equilibrada.
Basta con alternar y mezclar las capas de materiales húmedos (que se descomponen rápidamente) con materiales secos (que se descomponen más lentamente).
Los materiales secos estructuran el compost y aportan el carbono necesario para su formación. La materia húmeda es rica en nitrógeno y se digiere fácilmente. Los microorganismos encuentran azúcares y proteínas para alimentarse, desarrollarse y reproducirse.
En un compost, generalmente se distribuyen 2/3 de materia húmeda y 1/3 de materia seca (esto no es una ciencia exacta, también es posible hacer un 50/50).
Esta es la lista de ingredientes del compost clasificados en materia húmeda y seca

3.- Sigue estos pasos para conseguir un buen compost:
¡Prepárate con unos días de antelación!
No tires la hierba cortada ni las plantas marchitas del jardín, recoge todas las podas de los árboles frutales y ornamentales, las flores secas, recoge las hojas caídas y las ortigas, limpia tu gallinero, tu estanque, corta el
césped, y recoge todos estos materiales en el lugar que hayas elegido para hacer tu compost.
Una vez hecho esto ¡Vamos a ello!
- Comienza por hacer una capa de 5 a 10 cm de espesor de material seco (hojas secas, ramas, podas, cartón, etc.) en el suelo.
- Humedece bien regando para activar la descomposición
- A continuación, coloca una capa de material verde, también de 5 a 10 cm de grosor, sobre el material seco.
- Y así sucesivamente…
- Para terminar, rocía un poco de agua por encima
- Para evitar que el compost se seque, cúbrelo con un buen espesor de paja, por todos los lados (de 10 a 15 cm).

Esta cubierta actuará como aislante y mantendrá la humedad en su interior durante varios meses.
El abono estará maduro en 6 a 12 meses.
4.- Cuidados del compost
Para realizar su trabajo de descomposición, los pequeños organismos del compost necesitan aire y humedad.
Humedad
Si el compost está demasiado seco, los organismos que se encargan de descomponer dejarán de funcionar (son como
nosotros: ¡beben agua!). Esto se debe a que el aire circulará menos.
Un truco sencillo para comprobar el contenido de humedad del compost es la “prueba del puño”. Basta con coger un puñado de compost con la mano, si el compost gotea al apretarlo, está demasiado húmedo. Si se deshace al presionarlo, está demasiado seco.
Otra forma de comprobar su contenido de humedad es observar regularmente el compost:
● Si aparece moho blanco, es señal de que la pila del compost está demasiado seca. En este caso, basta con regar la pila para reiniciar el proceso de compostaje.
● Si el compost parece una pasta oscura y pegajosa está demasiado húmedo. La aireación, volteándolo y extendiéndolo temporalmente, lo secará.
En verano, cuando hace calor y está seco, o cuando se añade una gran cantidad de residuos “secos”, es muy útil humedecer el compost para evitar que se detenga el proceso de descomposición.
Ventilación
La aireación regular del compost ayuda a oxigenarlo. Los microorganismos necesitan oxígeno para realizar su trabajo de descomposición. Si hay falta de oxígeno, los residuos fermentarán, provocando malos olores.
Por lo tanto, es fundamental airear el compost: voltearlo una o dos veces al mes.
Es preferible voltear una capa de 30 a 50 cm de profundidad, para así preservar la fauna que vive en los niveles inferiores del compost.
5.- Ser previsor
Hay un desequilibrio estacional en los residuos disponibles a lo largo del año.
● En invierno hay más material seco (hojas secas, poda de árboles y arbustos).
● Por otro lado, en verano, hay más material húmedo (hierba segada)
Como una hormiguita que se abastece, en otoño, guarda en un rincón (junto al compostador, por ejemplo) algunas de las hojas y maderas que has recogido.
Luego puedes reutilizarlos para equilibrar tu abono en verano.

Todo lo que tienes que hacer es empezar ¡y atreverte!